lunes, 12 de junio de 2017

EPÍSTOLAS SURIANAS (Carta a Don Héctor) De Julio Ayala Carlos

DE ENTRADA, PERMÍTASEME enviar un saludo afectuoso, y con mucho respeto, a los alumnos del grupo 6º B de la escuela primaria “Omar Vadillo Acosta”, de la colonia El Coloso, del puerto de Acapulco. Me entero que son mis lectores, lo cual me llena de orgullo, pero también me obliga a ser mejor en este noble y apasionante oficio, y por supuesto, más responsable. Gracias por leerme, niños.

POR INTERESES POLÍTICOS, principalmente, se puede o no estar de acuerdo con lo dicho por el presidente del comité directivo estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez, en el sentido de que si no fuera por la inseguridad y la violencia, el de Héctor Astudillo Flores sería un gobierno “de diez”, es decir, excelente.

Y es que, hay que decirlo, los partidos de oposición, es decir, los que no están en poder, difícilmente aceptan y reconocen los avances y logros del gobierno en turno, en razón de que tienen el mal concepto de que “como oposición”, su función es criticar y señalar todo lo que a su juicio no está bien hecho o se debería hacer. “Como oposición esa es nuestra función” he oído decir. Por supuesto, hay excepciones.

En contrapartida, el partido gobernante, o en el gobierno, resalta lo bueno que se hace, e incluso magnifica los logros y avances, pero se olvida, esconde o calla, lo que está mal hecho, por obvias razones.

Toca pues al pueblo, a los habitantes del estado, a los gobernados, opinar al respecto, es decir, sobre el gobierno en turno, más allá de la influencia de los partidos políticos que sustentan sus posturas en torno a intereses partidistas, casi siempre de cara a los procesos electorales.

Es evidente, hay que decirlo, que si el problema de la inseguridad y la violencia, que dicho sea de paso cada vez es más atroz, sanguinaria e inhumana, reitero, si la violencia y la inseguridad no existieran, o mejor dicho, estuviera reducida o controlada, en otras condiciones estaría Guerrero.

Ciertamente la inseguridad y violencia no es privativa de Guerrero, aunque hay que decirlo, aquí es donde más se ha acentuado, y no precisamente porque no se le atienda, sino porque en su momento se le dejó de atender, o en su caso se le permitió su existencia. En consecuencia, la inseguridad y la violencia creció y se fortaleció al grado que hoy parece imposible de combatir.

Este fin de semana, por ejemplo, fue sumamente violento, e incluso, atroz, criminal e inhumano. Y no solo por el número de muertos, sino también, por quienes eran. Y es que en esta guerra entre grupos del crimen organizado, y el enfrentamiento que traen supuestos policías comunitarios, por el control de plazas y corredores de la droga, se ha convertido excesivamente violenta.

Es cierto. Hay violencia e inseguridad que afecta a todos los sectores sociales, lo cual es muy triste, lamentable y condenable, por las atrocidades que se cometen incluso en contra de niños menores de edad, e incluso bebés recién nacidos, eso nadie lo puede ocultar, y más porque ocurre en prácticamente todo el país, pero también es cierto que el gobierno del estado está haciendo su chamba, aunque muchas veces los actos de barbarie opacan las acciones que se realizan en su contra, pero es también un hecho innegable que hay avances en otros rubros.

Así es. El gobierno del estado a través de sus diversas dependencias, junto con las del gobierno federal, están ejecutando obra pública en Guerrero. Allí están, y a diario se da cuenta del inicio de éstas o de sus inauguraciones. Allí están también las acciones en materia de salud, de educación, de apoyo al campo. Allí están las acciones de gobierno en materia de proyectos productivos, y allí están también los programas de asistencia social que desde el inicio del actual gobierno no se han paralizado. Allí están los apoyos a los migrantes deportados, y allí están, hay que decirlo, acciones  a favor incluso de los periodistas.

Por supuesto falta mucho por hacer. Y sin duda eso lo tienen bien claro las autoridades estatales que a diario, un día sí y el otro también, recorren el estado en apoyo a los presidentes municipales, que como nunca antes reciben el apoyo del gobierno del estado. Y eso, hay que decirlo, ni siquiera se hizo en otros gobiernos priístas.

Por eso es que tiene razón el dirigente estatal del PRI, Heriberto Huicochea Vázquez: de no ser por la inseguridad y la violencia que a diario es la nota principal de los medios de comunicación, el gobierno de Guerrero, el que encabeza Héctor Astudillo, sería de diez, es decir, excelente. Y es que, contrario a los dos últimos gobiernos anteriores, en donde si bien es cierto tenían también el problema de la violencia, llegó un momento en que desapareció la acción de gobierno en otros rubros.

Por último. No es quitando al gobernador del estado cómo se va a resolver el problema de la inseguridad y la violencia. Eso no es cierto. Si estuviera gobernando Guerrero otro partido político, el problema sería igual, o hasta peor.

Comentarios: julio651220hotmail.com



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