jueves, 14 de julio de 2016

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias La región Centro y sus polémicos alcaldes (Parte 3)

EFRAÍN FLORES IGLESIAS

La guerra protagonizada entre grupos del crimen organizado por el control de las rutas para el trasiego de enervantes, tiene en jaque a las presidentes municipales de la región Centro de la entidad, ya que algunos han librado atentados en su contra.

En esta ocasión (la última entrega respecto a la región Centro) hablaremos de los municipios de Mochitlán, Quechultenango, Zitlala, Ahuacuotzingo y José Joaquín de Herrera (Hueycantenango). Los dos primeros se encuentran a pocos kilómetros de Chilpancingo y los tres últimos colindan con Chilapa.

Chilpancingo y Chilapa son considerados focos rojos por la Federación.
Se han implementado operativos, pero ninguno ha funcionado para reducir la violencia, pues los criminales siguen haciendo de las suyas.

En la capital del estado la pelea es entre Los Rojos y Sierra Unida, y en Chilapa es entre Los Rojos y Los Ardillos, que ha dejado cientos de muertos y desaparecidos.

LA FAMILIA QUE GOBIERNA QUECHULTENANGO.- Del náhuatl Quechutl ‘precioso’, huamal ‘muralla’ y co ‘lugar’: ‘Lugar de murallas preciosas’, Quechultenango se encuentra a 38 kilómetros de Chilpancingo. Tiene excelentes lugares que lo convierten en un municipio turístico: El Borbollón (el cual se localiza en el poblado de Coscamila), Santa Fe (lugar que lleva el mismo nombre y que tiene un río en el cual cientos de familias acuden para nadar) y las grutas de Juxtlahuaca (un fascinante mundo subterráneo).

El PRI, PRD y el Partido Verde han gobernado a dicho municipio, pero la mayoría de los que han despachado en el Ayuntamiento han sido grises y no han escalado a otros cargos. El que ha destacado es el perredista Bernardo Ortega Jiménez, quien ya fue presidente de la Comisión de Gobierno del Congreso local (2012-2015) en la LX Legislatura, aunque su desempeño fue ineficiente. Fue sumiso ante Ángel Aguirre Rivero, en ese entonces gobernador de la entidad.

La familia Ortega Jiménez tiene poder en Quechultenango y en Mochitlán. 
Actualmente gobierna el PRD con Alberto Rodríguez Jiménez, primo de Bernardo Ortega. Se maneja con bajo perfil y administra los recursos de su municipio con total opacidad.

Quechultenango, también es sinónimo de violencia. Y no porque ahí haya confrontación entre grupos del crimen organizado, sino porque en ese municipio tiene su base de operaciones uno de los grupos criminales que tienen de cabeza a una parte de la región Centro y Montaña Baja. Se trata de Los Ardillos, cuyo fundador fue Celso Ortega Rosas, “La Ardilla”, asesinado en enero de 2011 en su natal Tlanicuilulco por un comando armado; y actualmente, según informes oficiales, dicha agrupación la dirigen sus hijos Celso y Antonio Ortega Jiménez.

MOCHITLÁN, TODO EN SILENCIO.- Hasta el momento no se sabe de algún registro de sangre que tenga en zozobra a los habitantes de Mochitlán. Hace un año, un grupo del Frente Unido para la Seguridad y el Desarrollo del Estado de Guerrero (FUSDEG) que opera en Petaquillas, municipio de Chilpancingo, intentó avanzar hacia Mochitlán para detener a integrantes del grupo de Los Ardillos, pero los entonces alcaldes de Quechultanango y Mochitlán organizaron a sus gobernados para impedir tal acción, alegando que en sus municipios no se requería ninguna presencia de autodefensas, ya que todo “estaba bien”.

El 7 de junio de 2015 Mochitlán se pintó de verde con un ex perredista. Me refiero a Giovanni Jiménez Mendoza, otro primo de Bernardo Ortega, quien al no obtener la candidatura en el PRD  brincó al Partido Verde. Para ganar contó con el apoyo del entonces alcalde perredista, Cevero Valenzo Espíritu, el opositor al ingreso del FUSDEG en Mochitlán.

Giovanni Jiménez se maneja igual que su primo y homólogo de Quechultenango, bajo perfil y opacidad en el manejo de los recursos públicos.

ZITLALA, ZONA DE GUERRA.- Gobernar este municipio no es fácil. Y no por los intereses de los partidos políticos, sino por la guerra que mantienen Los Ardillos y Los Rojos.

Los zitlaltecos viven en zozobra. En algunas localidades la pobladores ha tenido que abandonar sus viviendas y tierras, pues los criminales los han querido obligar a unirse a sus filas. Y al no aceptar, han recibido ráfagas de AK-47 y AR-15 en las fachadas de sus viviendas. Ni el ejército ha podido parar la violencia. De hecho, se habla de complicidades de autoridades con ambos grupos del crimen organizado.
El PRI gobierna ese municipio desde el año pasado con Roberto Zapoteco Castro, un joven profesionista que ha manifestado su preocupación por la violencia que impera en Zitlala.

El pasado 24 de mayo, el titular de la Fiscalía General del Estado (FGE), Xavier Olea Peláez, informó que en coordinación con diversas instituciones, mediante el uso de aparatos de inteligencia, “nos dimos cuenta que estaban ordenando su liquidación (del alcalde Roberto Zapoteco), es decir lo querían matar a él y al director de la policía municipal; afortunadamente pudimos avisarles”. (El Sur/25-V-2015).

No cabe duda que los alcaldes de toda la entidad están en un grave riesgo. Cualquiera puede ser víctima de un atentado.

AHUACUOTZINGO Y HUEYCANTEANGO, GOBERNANTES FANTASMAS.- No son ampliamente conocidos y su triunfo se lo deben a hechos de sangre y al hartazgo ciudadano.

En Ahuacuotzingo, la familia Hernández Casarrubias impone su voluntad. En el trienio 2012-2015 gobernó el PRI con Daniel Hernández Casarrubias. Autoritario y enemigo de los campesinos, fue como lo tacharon sus paisanos.

Durante su gestión fue levantada y asesinada salvajemente la aspirante del PRD a la presidencia municipal, Aidé Nava González, hecho que impactó a nivel nacional.
Cabe destacar que Aidé Nava se perfilaba para suceder a Daniel Hernández.

El 7 de junio de 2015 resultó ganador Gerzaín Hernández Casarrubias. Y no ganó con las siglas del PRI, sino con el PAN. El poder quedó en familia.

Los que lo conocen, refieren que los Hernández Casarrubias están enfermos de poder y que se sienten los amos y señores de Ahuacuotzingo.

De Hueycantenango muy poco se puede hablar. A la alcaldesa perredista Angelina García Merino, no es tan popular. Es gris a todas luces.

Comentarios: E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com; Facebook: Efraín Flores Iglesias; Twitter: @efiglesias


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