jueves, 24 de septiembre de 2015

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias El gran reto de Héctor Astudillo

EFRAÍN FLORES IGLESIAS

No cabe duda que el priista Héctor Astudillo Flores recibirá un estado incendiado por tanta protesta social y un gobierno endeudado. Ojalá tome buenas decisiones para sacar adelante a Guerrero, empezando por armar un buen equipo de trabajo que le ayude a diseñar estrategias para lograr la tan anhelada paz social.
No le será fácil lograrlo, pero tampoco imposible. Le tocará lidiar con grupos radicales que quieren incendiar a la entidad y con organizaciones sociales que siempre han lucrado con el dolor ajeno. Requiere colaboradores que sean capaces de dialogar con los inconformes y que no les gane la soberbia.
Además, poner en el área financiera a personas que no tengan antecedentes de corrupción, personas que tengan un verdadero compromiso con la transparencia y rendición de cuentas.
En lo que respecta al PRI, Héctor Astudillo tiene el gran compromiso de hacer un buen papel para que los guerrerenses no se decepcionen con el regreso de su partido en el poder. Acciones contundentes y no someterse a los grupos anárquicos, es lo que requiere en este momento la entidad.
Conformar un gobierno con personajes de otras filiaciones políticas y de la sociedad civil no estaría mal que lo hiciera el próximo gobernador de la entidad. Guerrero requiere el esfuerzo de todos. Claro, personajes que se sujeten al programa de gobierno y que no actúen de manera desordenada como ocurrió en la administración de Ángel Heladio Aguirre Rivero.
Algo que le causará dolores de cabeza al próximo gobernador, por lo complicado del asunto, es la situación de Tixtla, lugar en donde nació su padre, don Héctor Astudillo Bello (qepd), y donde viven muchos de sus familiares, que actualmente ha acaparado la atención internacional, por ser ahí en donde se ubican las instalaciones de la Normal Rural de Ayotzinapa.
Tixtla fue el único municipio de la entidad en donde estudiantes de Ayotzinapa, profesores de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), el Movimiento Popular Guerrerense (MPG) y elementos de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) impidieron que la gente saliera a votar el pasado 7 de junio, a pesar de que se instalaron las casillas en el 90 por ciento de las secciones electorales; sólo el 30 por ciento de los ciudadanos pudo ejercer su derecho al voto.
Por cierto, esos grupos radicales que propiciaron a que el Tribunal Electoral del Estado anulara la elección, salen ahora que deben ser ellos quienes encabecen el Consejo Municipal. ¡Qué barbaridad!
Cómo pues, unos delincuentes, porque los son, exijan al Congreso local que los designen como autoridades cuando solamente se han dedicado a violentar la ley. No se vale. Su destino debe ser la cárcel.
Presumen representar al 80 por ciento de Tixtla, cosa que es mentira, ya que solamente movilizan a trescientas personas –entre normalistas que no son tixtlecos y extranjeros infiltrados en Ayotzinapa para causar desmanes– y que lo único que los mueve es su ambición por el poder.
Luego entonces, Héctor Astudillo no debe de doblegarse para hacer valer la ley en contra de esos violentos.
El ejercicio de gobierno requiere mucha paciencia y carácter para tomar decisiones. Es cuanto, como dijera mi brother “Pochunco”.
ENTRE OTRAS COSAS… El periódico El Universal  publicó este jueves que la Procuraduría General de la República (PGR) encontró una casa de seguridad en el municipio de Cocula, en donde presuntamente fueron llevados y torturados normalistas de Ayotzinapa la noche del 26 de septiembre del 2014.
Dicha casa de seguridad era utilizada por Gildardo López Astudillo, “El Gil”, para torturar y ejecutar a los rivales del grupo delictivo “Guerreros Unidos”. ¡Zas!

Comentarios: E-mail: efrain_flores_iglesias@hotmail.com; Facebook: Efraín Flores Iglesias; Twitter: @efiglesias  


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