martes, 7 de octubre de 2014

GARFI, EL GATO MÁS FURIOSO DEL MUNDO

 Hace algunos años la Interwebs conocía a Tardar Sauce (popularmente conocido como Grumpy Cat), ese gatito que se hizo toda una sensación en Internet porque parece que siempre está de mal humor debido a su boca curvada hacia abajo y a sus manchas oscuras alrededor de los ojos.
Pero si Grumpy Cat está enfadado con la vida, entonces Garfi, un gato persa, sería lo más próximo a un “gato furioso”. Imagínate recordando en la madrugada y ver sobre tu pecho la cara de este felino, con ese aire gélido y asesino.
Su esclavo humano, una mujer turca llamada Hulya Ozkok, dice que aunque parezca un villano de los dibujos animados, Garfi, en realidad, es uno de los gatos más dulces y lindos que ha visto. Basta con ver la forma tan tranquila con la que posa para la cámara. Sin duda, estamos frente a un gran modelo felino y su semejanza con Garfield (además del nombre) es bastante sugerente. Garfie vive rodeado por un gran sequito de esclavos humanos y otros compañeros felinos.

De hecho, cuando un gato está molesto o nervioso, las reacciones no se manifiestan en su rostro sino en sus pelos erizados y en la columna arqueada. Al contrario, cuando un gato sonríe, tampoco es la boca que determina que está sonriendo, sino sus ojos. Los especialistas creen que estos animales expresan el equivalente a una sonrisa cuando parpadean lentamente y dejan los ojos cerrados durante un corto periodo de tiempo. Puede parecer un gesto diminuto y sin importancia, pero para el gato, cerrar los ojos es un indicio de que se encuentra en un estado pleno de confianza, ya que manifiesta su vulnerabilidad ante un posible ataque. Además, es a través de estas pequeñas muestras que los gatos expresan realmente lo que sienten por los humanos.

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