jueves, 27 de marzo de 2014

BASTIONES CATÓLICOS Por CESÁREO SUÁREZ NARANJO

A mi modo de ver las cosas (y según se puede colegir, fácilmente, de lo que nos dice la historia) muchísimo antes de que Juan Pablo II ascendiera al Trono Pontificio - y externara su MUY famosísima frase - todos los Papas en "turno" (a partir de que se concretó la conquista, y se llevó a cabo la evangelización) sabían que el pueblo mexicano "era fiel" al credo católico. No es extraño decir entonces que, como casi todos los mexicanos, fui educado dentro de esa religión (¡apostólica y ROMANA!, como rezaba el slogan, en mis tiempos de niño y de adolescente). Ello fue, obviamente, a través de mis progenitores (principalmente de mi madre, que en estos asuntos era quien llevaba la “voz cantante” en nuestro hogar) durante el tiempo que permanecí al lado de ellos, desde mi nacimiento hasta el día en que "corté el cordón", poco antes de cumplir 20 años, cuando me vine a Coatzacoalcos. Fue, así, que adquirí la “membresía” (de manera muy parecida a como se lo explica don Juan Matus a Carlos Castañeda – “Journey to Ixtlan” – en el sentido de que “un niño aprende a ver el mundo – y a aceptarlo – tal y como se lo describen los mayores; y, en consecuencia” concluyó don Juan, “el niño se convierte en un miembro"). Como podrán imaginar, empecé a ir a la iglesia desde muy pequeño, primero acompañando a mi madre - Chonita - y, años más tarde, por mi propia cuenta. Aún recuerdo a mi viejecita, llevando su misal (de pasta negra), su rosario, y su chal (este último, para ponérselo en la cabeza, de acuerdo con la disposición - del todo misógina - de Saulo de Tarso, y que se puede encontrar en I Corintios 11).
Cabe narrar - para ésto - una anécdota que recuerdo de mi permanencia en Acapulco. Allá, por los años setentas, el párroco de la Catedral de Nuestra Señora de la Soledad - un viejecito bastante bonachón (y comprensivo) - se ponía en la portada del templo, para invitar a los que pasaban a entrar a oír misa. La anécdota reside en el hecho de que muchos de los paseantes andaban en "ropas ligeras"...(sin que se mal entienda). Usted bien sabe que al andar por cualquier calle de ese puerto, mucha gente ya, desde que sale de su hotel, anda en traje de baño, y con una playera, o blusita, y shortcitos bastante breves. El padre, entonces, les decía, en voz alta: "¡Pasen, pasen! No importa cómo anden vestidos; lo que importa es que tengan un corazón dispuesto!" (¡Cómo la ven!, bastante tolerante, ¿verdad?).
Retrocedo - de nuevo - en el tiempo, pues un evento que causó en mí una gran impresión - y al cual asistimos todos los miembros de la familia - fue cuando el sacerdote de la iglesia invitó a todos los feligreses a ir a la orilla del río Papaloapan a dar gracias por haber bajado la inundación. Fue, esa inundación, la que la gente de la cuenca llamó "la grande", en 1944. Todos entonaban aquel himno, que dice: "Que viva mi Cristo, que viva mi rey; que impere doquiera, triunfante su ley. VIVA CRISTO REY!". Yo tenía apenas seis años.
Ahora bien: me ha costado mucho trabajo - ¡y muchos años, por supuesto! - ir teniendo una visión más amplia, más clara - y diferente, sobre todo – de las cosas que, de una forma u otra - ¡y no en poca medida! – han influido en mi vida. La lectura, indudablemente, ha jugado un papel muy importante en ello. Sin jactancias, ni deseo de menospreciar a nadie, debo aceptar que soy un "adicto" a la lectura (con más de cincuenta libros, los dos últimos dos años). A decir verdad, "toda mi vida" he leído bastante; pero fue, a partir de mediados de los años setentas, cuando mi afición se hizo más objetiva, y se enfocó hacia temas que obligaban a la reflexión profunda: sobre filosofía, religión, esoterismo......
Cuando nací – en 1938 – éramos cerca de 19 millones de seres en México (según cifras que da el INEGI). Ya entonces, como ahora, era evidente el “¡México, siempre fiel!”, tal como lo dijese Juan Pablo II en su primera visita, en enero de 1979 (mientras le cantaban "Amigo", de Roberto Carlos). Él sabía perfectamente lo que decía, ya que nuestro país es uno donde existe el mayor porcentaje de católicos en todo el mundo.  (En lo particular, lo que haya dicho Karol Wojtila ya "ni mi iba ni me venía" pues, para esos momentos, mi mentalidad ya había sido "re-direccionada", en un intento - genuino - de encontrar "el fondo de las cosas" en cuanto a los aspectos religiosos). 
Es necesario, para ésto, hacer mención - muy breve - a algunas estadísticas (tomadas de una página de Internet, con fecha del 2010) donde aparecen los países donde, en su mayoría, hay más católicos: Brasil, México, Filipinas, Estados Unidos, Colombia, Polonia, Congo, Italia, Nigeria, etc. Puede verse, entonces, que en México siempre ha habido muchos "fieles". Hemos de agregar – con algo de ironía (por lo que dice la nota) – que es increíble que del país de donde nos vino esa religión, se diga que: "Contra el mito popular, no es cierto que España sea hoy un país mayoritariamente católico. La “reserva espiritual de Occidente” pasó a la historia. En las encuestas aún figura un 70% de españoles que se declara como católico, pero la mayoría –alrededor del 55%– no pisa la Iglesia casi nunca y menos del 20% va a misa de domingo")....
Mis padres nunca tuvieron una biblia. Pero, esto, será motivo de otro artículo. Porque, ya que hice mención brevemente, de "la conquista y la evangelización" al principio de este artículo, me siento movido a transcribir unas palabras, sin sentido y - sobre todo - sin ninguna sensibilidad, que externara el máximo jerarca de la iglesia católica, en funciones allá por Julio de 2007 y que comentó, en su columna que publica "Excelsior", el periodista Raúl Fuentes Aguilar, con el título de "FALACIAS CLERICALES". Leemos: "Tomando la actitud de INFALIBILIDAD, afirmada a partir del Concilio Vaticano I, de 1870-1871, se atrevió a decir (el hoy Papa eméritoQUE LA RELIGIÓN CATÓLICA NO HABÍA SIDO IMPUESTA, SINO ELEGIDA, POR NUESTROS PUEBLOS INDÍGENAS DE AMERICA. LO CUAL ES UNA FALACIA. Esto hace suponer una total ignorancia sobre las brutalidades y masacres que se realizaron durante la conquista y el coloniaje de los pueblos aborígenes...." (1o. de Agosto de 2007). ¡Es suficiente con eso! SALUDOS, y QUE EL TODO PODEROSO LOS BENDIGA.‏

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