lunes, 26 de noviembre de 2012

Entresemana ¿Murrieta Cummings director de Pemex? Por Moisés Sánchez Limón


Moisés Sánchez Limón

Vísperas de que el presidente electo Enrique Peña Nieto dé a conocer los nombres de quienes integrarán su gabinete legal, el ampliado va de la mano, en los corrillos políticos se echan apuestas en las agitadas aguas del oportunismo, especialmente para cobrar facturas por servicios prestados en campaña. O lo que será el reacomodo de la clase gobernante.
Margen aparte del ajuste de más de cuatro mil puestos directivos de confianza en el gobierno federal que el equipo de Felipe Calderón pretendía heredar a la administración de Peña Nieto, se trata de acomodar a los que, por acuerdos o compromisos, se quedan y los que llegan. Unos se preciarán de ser como los gatos que caen parados o que retan a la ley de la gravedad cayéndose para arriba.

Así, la fila de aspirantes a cargos en el gabinete es amplia y pocos serán los convocados; aunque hay quienes consideran tener el nombramiento en la bolsa y, contra la elemental regla de no comer ansias ni adelantar festejos, han deslizado el nombramiento. La máxima de la conseja popular advierte que del plato a la boca, a veces se cae la sopa.

Estiman los acelerados que, para cuando el próximo jueves de esta semana el presidente electo dé a conocer los nombres de sus colaboradores en la administración que arranca formalmente en el primer minuto del sábado 1 de diciembre, harán válido el cobro de facturas políticas.

Y mire usted, en esa tendencia que se registra en todo gobierno de cualquier sigla o color, en ámbitos del equipo de Enrique Peña Nieto, mientras se barajan varios nombres para el cargo de secretario de Energía, ya ha trascendido el nombre del supuesto sucesor de Juan José Suárez Coppel en la dirección general de Petróleos Mexicanos.

La versión trascendida el pasado fin de semana indica que para ese cargo, uno de los más importantes en el gabinete de Peña Nieto, ya se dio el visto bueno al nombramiento del ingeniero Carlos Rafael Murrieta Cummings, quien se desempeña como director Corporativo de Operaciones de Petróleos Mexicanos, de forma tal que sólo cambiaría de oficina, es decir, a la principal en la Torre de Pemex.

Usted se preguntará a razón de qué o por qué artes o servicios el ingeniero químico Murrieta Cummings será el sucesor de Suárez Coppel.
Bueno, bueno, hay una base de recomendación fundamental, más allá de si el ingeniero Carlos Rafael es o no un buen funcionario. Resulta que es hermano de Raúl Murrieta Cummings,  cercano colaborador en la campaña presidencial de Enrique Peña Nieto, de cuyo gobierno fue, ni más ni menos, que secretario de Finanzas.

Pero… El ingeniero Murrieta Cummings, al margen de la consanguineidad con el ex secretario de Finanzas del gobierno mexiquense, está ligado con el grupo albiazul de Guanajuato, cuya cabeza y jefe es el ex presidente Vicente Fox Quesada, además de la consultoría internacional estadunidense Mckinsey, que ha sido severamente cuestionada por sus “recomendaciones” a Pemex.

Y, bueno, como suele ocurrir en este tipo de relaciones peligrosas, la información disponible indica que ambos grupos –el de Fox y la consultoría Mckinsey-- operaron contratos millonarios con la paraestatal mediante el ingeniero Murrieta Cummings que aún cobra como director de Operaciones de Petróleos Mexicanos.

El problema es que se presume que esos contratos no han sido concluidos, vaya, cumplidos de acuerdo con las especificaciones, como ocurre con el que se manejó para la mejora operativa de las refinerías de Ciudad Madero y Salina Cruz. No hay mejoras operativas, todo sigue igual o peor.

Incluso, de acuerdo con información relacionada al desempeño del ingeniero Murrieta Cummings, elaborada por contratistas y funcionarios de empresas privadas que trabajan o han trabajado para Pemex, lo que preocupa es que durante la administración calderonista Murrieta Cummings fungió prácticamente como súper director de Pemex, porque con el apoyo de Suárez Coppel, a trasmano dirigió Pemex Exploración Producción y Pemex Refinación.
Ambas subsidiarias, para más señas del mal manejo, sufrieron parálisis operativa y desorden estructural, que generaron confusión y problemas en la toma de decisiones que, a su vez, derivaron en fallas operativas y en la planeación de mantenimiento.

Para mayor claridad en los problemas generados por aquella “dirección” a trasmano, fueron los recurrentes paros operativos en las plantas y refinerías, amén de baja producción y accidentes como los  ocurridos en la Refinería de Madero el 2 y 17 de septiembre de este año, con paros en la planta catalítica y en la línea de desfogue, con un saldo de un trabajador muerto.

Ni hablar. Esto es parte de lo que se tiene en el expediente del ingeniero Murrieta Cummings que adelanta vísperas. ¿O será que sus cuates son los responsables de ubicarlo como el nuevo director de Pemex? En política no hay casualidades. Conste.

sanchezlimon@gmail.com

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